Cuán difícil es dejar atrás la contaminación del mundo, los deleites de la carne. Las fiestas donde el alcohol, las drogas la lujuria, nos envuelve de una forma descarada, la muy ramera manera de creer en dios, nos coloca al borde del abismo.
Por eso dice la palabra:
"No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu,"
Efesios 5: 18 - 19.
El vino, es esa sustancia alcohólica qué nos coloca en una atmósfera alucinógena, que nos proporciona un placer momentáneo: risas, deseos de hablar, inhibe a veces la timidez y pone chévere a la gente.
Esto lo hace también el alcohol, la cerveza, que otorgan impuestos, para producir obras en la comunidad. Algunas de estas empresas tienen obras sociales. que brindan mejoramiento a la sociedad.
Para una persona que quiere agradar a Dios, servir a Dios, le es necesario, abandonar ese estilo de vida, para apartarse de la tentación y del mal, porque el correr al pecado por la tentación incurre el hombre en maldad.
Cuántas personas saliendo de un bar no la han robado, saliendo de una fiesta no la han violado, se han accidentado y cuántas tragedias más; porque la palabra es verdad y dice "no os embriagueis con vino" o alcohol, en lo cual hay disolución. Peleas, contiendas, accidentes, muertes. Porque muchas veces, las contiendas las peleas entre amigos, entre parejas se hacen bajo el efectivo del alcohol, se manifiestan espíritu de celos, de envidia,. En ese estado de embriaguez, las personas pierden el sentido común y viene la enemistad entre los amigos, entre los conocidos y aún en aquellas personas que no tienen nada que ver, pero por estar en ese estado. Sacan un arma y matan, pueden herir, tanto física, como emocionalmente.
Este mensaje es para ti para que tomes las armas espirituales y puedas vencer al mundo y sus deleites, así como Jesús venció a satanás en esas tres pruebas:
1 Convertir las piedras en pan,
2 Recibir los reinos mundanos de la Tierra y
3 Atentar contra su propia vida.
Jesucristo resistió la tentación, entonces el diablo se fue.
Jesucristo, no le hizo caso, al diablo, sino a Dios.
Satanás realmente lo quería ver muerto espiritualmente y sometido a su voluntad, el imperio de la muerte, el imperio del oscuridad, el imperio del mal.
Pero Cristo no se arrodillo ante aquel qué había transgredido la ley y había desobedecido Primero a Dios. El malvado Lucifer, el cual fue expulsado del cielo, para que nunca más volviera halla.
Lamentablemente el libro de Apocalipsis dice que fue arrojado a la tierra por eso, ay de los moradores de la Tierra... Dice revelación: "...porque el diablo ha descendido a vosotros, teniendo gran ira, pues sabe que tiene poco tiempo."
Apocalipsis 12:12
Escucha este, que tiene para ti, el Pastor Evangelista Jesús Suárez
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